Un cabello cuidado y vivaz, tu mejor expresión de elegancia masculina
Tratar como es debido nuestro cabello cada día, es un tema fundamental para sentirnos seguros con nosotros mismos y a gusto con nuestro aspecto: nuestro pelo forma parte de nuestra belleza personal. Pero para estar perfectos, necesitaremos una pequeña dosis de atención y cuidado diario. Desde Perfume’s Club queremos haceros esa tarea menos complicada, así que vamos a detallarte cuáles son los temas imprescindibles que debes conocer sobre tu cabello.
Comenzaremos yéndonos a la raíz del problema que queramos tratar o mitigar. Para esto necesitarás saber cuál es tu tipo de pelo y como puedes tratar tu cuero cabelludo. Siguiendo nuestros pasos conocerás de antemano qué productos te pueden beneficiar más, así como cuál es el mejor momento para aplicar un acondicionador, una ampolla, o el gel fijador.
Determina qué características tiene tu cuero cabelludo y cuál es tu tipo de cabello
Antes de que establezcas una rutina diaria de cuidado capilar, es imprescindible que conozcas bien las características que presenta tu cuero cabello y cómo vas a tratarlo. El dilema suele girar en torno a las glándulas sebáceas (encargadas de segregar la lubricación natural de tu cabello) que a menudo producen un exceso (problemas de cabello graso o caspa) o todo lo contrario (sequedad y cabello quebradizo). Como no todos tenemos el mismo metabolismo y a menudo este se ve influido por factores externos (estrés, alimentación, hábitos, etc.) deberemos atender a los tipos de cuero cabelludos que hay, para identificar el nuestro:
- Graso: presenta unas glándulas sebáceas que producen sebo en exceso y dándole al cabello un aspecto lacio y apagado. Esto puede deberse bien a cambios hormonales (habituales en la pubertad o la madurez) o al estrés. La gente que tiene un cuero cabelludo graso, también posee un cabello graso. El tipo de cabello habitual con estas características es el cabello claro, que es mucho más fino que el oscuro y por tanto más susceptible de exceso de grasa. Los cabellos grasos necesitarán una limpieza frecuente pero no diaria, ya que si lo lavamos demasiado acabaríamos provocando mayor producción de sebo como respuesta natural de nuestro cuerpo. Necesitarás champús libres de aceites, que tengan propiedades astringentes y su detergente sea suave. Si lo lavas en seco te vendrá mejor, y es preferible no utilizar demasiado las mascarillas. En caso necesario, solo aplícala en las puntas.
- Seco: este tipo de cabello presenta un aspecto apagado y sin vida, también es más susceptible al quiebre. La causa más evidente de esta sequedad es la deshidratación del cuero cabelludo. La retención del agua es escasa y también la lubricación natural. Necesitarás champús con propiedades humectantes, y si contienen aceites vegetales que te ayuden a la hidratación natural del cuero cabelludo, mejor. No debes lavarlo con frecuencia, pero sí es bueno hidratarlo habitualmente, aplicando la mascarilla o sérum adecuado y humedeciéndolo un poco sin aclarar.
- Mixto: se da cuando tu cuero cabelludo se sitúa entre el seco y el graso, y se debe a que las glándulas sebáceas presentan alta actividad en la raíz pero no llegan a influir como para imbuir todo el pelo, así que las puntas son secas y quebradizas. En este caso necesitarás el mismo champú que un tipo de cabello graso, centrándolos solo en el cuero cabelludo y evitando lavar las puntas. Después trataremos las puntas en seco, con un hidratante o serum reparador.
- Normal: es el tipo más equilibrado. Es brillante y dócil, y es el resultado de un estilo de vida equilibrado y saludable, además de una buena genética. Si lo combinas con la utilización de productos específicos para cada una de las atenciones que pueda necesitar tu cabello, conseguirás resultados increíbles.
Si ya has situado tu tipo de cuero cabelludo, ahora vamos a pasar a determinar qué tipos de cabellos hay, y cuál es el tuyo para que sepas tratarlo como es debido. En líneas generales, son:
- Cabello grueso: la característica principal de este cabello es que tiene la hebra gruesa. Es el tipo de cabello más resistente y soporta mejor el desgaste, los peinados o los tintes. Sin embargo, está probado científicamente que a este tipo de pelo le cuesta asimilar más la humedad que a otros tipos, y por tanto puede dar lugar a un exceso de volumen y encrespamiento.
- Tipo de cabello fino: este es todo lo contrario al grueso, la hebra es fina y carece de volumen y fuerza. Necesitarás productos específicos para este tipo de cabello, que suelen contener ingredientes más suaves y menos agresivos. Cada vez que lo laves es bueno que utilices un buen acondicionador que nutra tu cabello, así como aplicar una mascarilla en las puntas una vez por semana.
- Cabello liso: la hebra de este tipo de pelo esta entre el tipo grueso y el fino, por lo tanto es equilibrado. Sin embargo presenta diversas problemáticas frecuentes: falta de volumen, de brillo, puntas abiertas y tendencia al encrespamiento ante la estática. Para ello deberemos cuidarlo de la siguiente manera: lavarlo todos los días si es graso, y cada dos o tres días si es normal o seco. Nuestro champú ha de ser suave, bajo en detergente y humectante. Utiliza poco acondicionador y mascarillas que ayuden a mantenerlo liso, sin apelmazar, ni encrespar.
- Cabello rizado: es un tipo de cabello seco y con mucho volumen. También es denso y achatado. Las hebras toman formas muy onduladas y son finas y delicadas. A la hora de lavarlo deberemos hacerlo con suavidad y nutrirlo intensamente. La frecuencia con la que lo laves debe ser lo menos posible y utiliza siempre un acondicionador específico y rico en nutrientes. Utilizar mascarillas, serums o aceites vegetales en seco y a diario para mantenerlo hidratado, será mejor opción que el lavado frecuente.
- Cabello ondulado: presenta hebras no tan rizadas como el tipo de cabello rizado y con trazos muchos más amplios. Por esta razón suele ser algo más grueso y no tan denso. Asimismo, también puede presentar características tanto de pelo graso como mixto. Debes utilizar el champú más acorde a tu tipo de cuero cabelludo, y no lavarlo con demasiada frecuencia.
- Cabello crespo: las hebras del cabello crespo son las más rizadas de entre todos los tipos de cabello ondulado. Es muy denso, fino y tiene mucho volumen. Tiene un efecto visual como el del trigo seco. Para este tipo de pelo deberás utilizar los productos más adecuados para el tipo de pelo seco, y seguir un cuidado especial en cuanto a su nutrición y tratamiento. Debes ser constante con su hidratación, lavarlo lo menos posible y evitar el secador. Este pelo es el que necesita más cuidado, ya que se quiebra con facilidad y si no llevas un cuidado a consciencia, puede terminar cayéndose en caso de maltrato prolongado.
Tipos de productos capilares que pueden beneficiar a tu cabello
Como hay muchos tipos de productos diferentes para beneficiar a tu pelo, hay que meditar bien cuáles son los que vamos elegir para nuestro cuidado diario. En este sentido, os queremos ayudar mostrándoos en líneas generales, de qué productos podéis disponer para tratar vuestro cabello y como aprovecharlo al máximo:
- Algunos tipos de champús generales son:
- Champú neutro: sirve para todo tipo de cabello, no trata ningún problema en particular, simplemente quita la suciedad del cabello sin grandes modificaciones, respetando el pH natural de tu cuero cabelludo. Este tipo de champú es bueno para el cabello normal y equilibrado, que no necesite tratar ningún problema específico.
- Champú hidratante: ayuda a que el pelo seco retenga la humedad, lo hacen más flexible y suave al tacto. Es el recomendado para cabello rizado o encrespado, fino y con tendencia a la sequedad.
- Champú para cabello con color: buscan mantener por más tiempo el color del tinte en el cabello, respetando la pigmentación. Es un tipo muy específico para cuando nuestro cabello sea teñido. Debes tener muy en cuenta sus características y las de tu tinte para elegir aquel champú que más respete tu color y tu tipo de pelo.
- Champú para aportar volumen: aporta volumen al cabello fino, seco y de aspecto apagado.
- Champú anticaspa: el champú por excelencia para aquellos con un cuero cabelludo graso y con exceso de sebo. Se deben utilizar como un tratamiento muy específico en caso de presentar este problema y deben ser tratados con delicadeza. En estos casos es mejor que pidas consejo a tu dermatólogo cuanto antes.
- Acondicionadores: sirven para complementar al champú y presentan características más suaves y emolientes. Los tipos de acondicionadores son los mismos que los detallados para el champú y lo complementan. En algunos casos, como en el del cabello graso o mixto, o cabello normal con riesgo de exceso de sebo, no es aconsejable utilizar siempre el acondicionador cuando lavemos nuestro pelo.
- Las mascarillas son tratamientos para cabellos secos que necesitan retener la humedad, estos productos además poseen vitaminas, proteínas de seda, lino, avena, etc. van nutriendo el pelo, sellan las cutículas y protegen de las agresiones externas.
- También tenemos diversos tipos de fijadores que podremos utilizar en función de nuestro objetivo:
- Geles fijadores: se utilizan para mantener la cohesión entre los mechones de cabello. Le dan un brillo húmedo y no son pegajosos al tacto. Se pueden aplicar sobre cabellos secos o grasos. Puedes elegir el tipo de gel que más le convenga a tu tipo de cabello, ya que los hay humectantes, astringentes, neutros, etc.
- Espumas: tienen un efecto muy similar al de los geles, forman una funda muy fina, trasparente, suave y flexible alrededor del cabello.
- Lacas: se utilizan para fijar y dar forma a tu peinado. A la hora de aplicarla tienes que tener muy en cuenta que sea adecuada, se ajuste a tu tipo de cabello, y el peinado que quieras lograr con ella. Las hay ligeras, de fijación fuerte y extra-fuerte. Su utilización varía en función del peinado que quieras lograr.
- Secadores: estos hay que utilizarlos con moderación y si tienes el pelo seco o delicado es recomendable usarlo lo menos posible.
- Protectores térmicos: se deben de utilizar antes de usar el secador. Crean una película protectora alrededor de tu cabello que lo protege del calor y las agresiones externas.
La mejor forma de aplicar tus productos capilares
Independientemente de lo bueno que sea un producto, si no se aplica o distribuye correctamente, los resultados no serán buenos ya que este paso es la condición principal que determina la eficacia de nuestra rutina de cuidado diario.
En líneas generales puedes seguir estos pasos:
- Lo primero es el champú: hay que tener en cuenta que el lavado no debe ser demasiado vigoroso, ya que cuando nuestro cabello está húmedo, pierde elasticidad y es más vulnerable a los lavados agresivos.
- Lava tu cabello en la medida en la que sea recomendable para tu cabello, por ejemplo: en pelos secos, encrespados, rizados o delicados se recomienda hacerlo una vez cada 2 días. Por supuesto, debes utilizar el champú que más se adapte a tus características capilares.
- Aplica el champú colocando una pequeña cantidad en las manos, frota y luego extiendes todo el producto por el pelo de forma uniforme.
- Proceder al lavado masajeando el cuero cabelludo, realizando movimientos circulares.
- Aclararlo con agua tibia.
Si aplicas el producto diariamente basta que lo apliques una vez cuando te laves el pelo. Si lo haces con menos frecuencia por tu tipo, puedes aclarar y volver a repetir el proceso para intensificar la limpieza.
- El acondicionador: este producto nos ayuda a suavizar las cutículas del cabello y contrarresta la carga negativa excesiva del cabello, dejándolo con un buen aspecto y tacto suave.
- Después de lavar el pelo, mejor si lo escurres un poco o esperas a que no esté tan mojado.
- Aplica el acondicionador recomendado en el pelo y no en el cuero cabelludo, distribuyendo el producto desde las puntas hasta la nuca.
- Dejar actuar durante 1 minuto para permitir que el producto actúe. Aclarar bien y pasar a secar suavemente.
- Aplicación de tratamientos en el cuero cabelludo:
- Partir el cabello a lo largo utilizando un peine fino.
- Trabajar desde el centro hacia afuera, aplicándolo directamente sobre el cuero cabelludo.
- Masajear con delicadeza realizando movimientos circulares.
- Dejas actuar el tiempo recomendado, aplicar calor si es necesario.
- Aclarar o dejar el producto dependiendo de sus características y las necesidades de nuestro pelo.
- El tratamiento a base de serums o de tratamiento específico:
- Para aplicarlo debes haber lavado previamente el pelo con el producto recomendado para tu tipo.
- Distribuye el tratamiento por todo el cabello de la forma más uniforme posible. Si tienes el cabello largo, aplícalo en las partes intermedias y en las puntas de tu pelo, evita la raíz. Si en cambio, tienes el pelo corto, es mejor que apliques el tratamiento solamente donde sea necesario.
- Déjalo actuar el tiempo necesario, y si es preciso puede que también tengas que aplicar calor (el producto te lo indicará).
- Finalmente, en función de tu producto, aclarar bien o simplemente dejar que tu pelo lo absorba.
Si sigues estas pautas generales al aplicar tus productos de peluquería, lograrás resultados visibles en poco tiempo y además mantendrás una buena salud capilar. En caso de que necesites otros cuidados específicos, como por ejemplo para tratar la dermatitis o la caída del cabello, lo mejor es que acudas cuanto antes a tu dermatólogo y sigas las recomendaciones necesaria para tratar tu problema.